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martes, 9 de diciembre de 2014

Un misterio en el cementerio de la Fisioterapia


Un misterio en el cementerio de la Fisioterapia
 
Fue el sepulturero el primero que pareció darse cuenta de que alguna cosa extraña estaba pasando en el cementerio de las Técnicas y los Libros de Fisioterapia, paseando por el reciento, y haciendo recuento de los nichos y de las tumbas que disponía le dio la sensación de que sus cuentas parecían no cuadrar.

 
El siempre había sido muy meticuloso y registraba periódicamente con precisión los espacios disponibles para poder enterrar a aquellas técnicas de Fisioterapia que habían pasado a “mejor vida”. Los criterios para acordar el entierro eran simples, cuando una Técnica existía en los Libros o bibliográficamente, pero estas referencias escritas hacía un mínimo de diez años que eran vagamente consultadas, y añadido a este dato, se constataba que su práctica había pasado a ser anecdótica, el Consejo de Sabios de  Fisioterapia decidía en honor de los que la descubrieron y de aquellos que la practicaron, escenificar un entierro… Se cavaba un agujero o bien se utilizaba un nicho simple, dependiendo de la relevancia de la Técnica o Método, y se inscribía en una lápida el nombre y el de su autor u autores para que no quedasen en el olvido…
 
El cementerio era un lugar poco frecuentado físicamente, pero cada vez que algún Fisioterapeuta recordaba en algún momento alguna técnica o esta era nombrada por alguien, como por arte de magia brotaba una flor al lado de la tumba, si el número de flores era suficiente, se retiraba la lápida y la técnica revivía nuevamente para el conjunto de los Fisioterapeutas, esto había pasado pocas veces, pero daba sentido a la figura del sepulturero, que periódicamente revisaba las tumbas y recontaba las flores, con la esperanza de poder desenterrar viejos libros y retornarlos a la vida, como si de un milagro se tratase.
 
Pero alguna cosa extraña estaba pasando, parecía que algunas tumbas habían sido profanadas, y a su alrededor tan solo podían contarse algunas flores, pocas, como si tan solo una persona hubiese consultado datos o pensado en ellas… Parecía absurdo, desenterrar una Técnica para una sola persona, y más hacerlo de esa manera, a escondidas, sin tan solo pedir permiso. Y lo más inquietante era que los sabios al ser informados no pudieron constatar que esas Técnicas volviesen a vivir entre nosotros.
 
Se abrió una investigación en toda regla, se destinaron recursos y se las buscó por todos los rincones de la Fisioterapia, y fue entonces cuando el misterio fue descubierto, sí, volvían a estar vivas, y se encontraban entre nosotros y volvían a ser utilizadas. Algunos las habían resucitado y decidieron cambiarles el nombre y explicarlas en esencia igual pero utilizando términos más “modernos”… Eran las mismas pero parecían más jóvenes, tan jóvenes que algunos habían decidido estudiarlas y pagar por ellas. Lo que aprendieron era antiguo y conocido, aunque olvidado por la mayoría, y esto justificó el pago por adquirir un “nuevo” conocimiento.

 
 
Algunos hacen muchas cosas por dinero, hasta llegan a desenterrar muertos sin tener la dignidad de explicar de que fuente bebieron sus conocimientos.